En tanto, aunque no deja de lado sus proyectos de construir un muro en la frontera con México, el presidente Trump presumió que la relación entre dos naciones “nunca había sido tan fuerte” como ahora.
El presidente Trump también destacó el triunfo electoral de López Obrador, a quien calificó como un político “duro” para negociar, pero con quien dijo tener varias similitudes en lo político, como luchar contra la corrupción y “luchar por la gente”.
López Obrador señaló que, para muchos, las diferencia ideológicas con Trump podrían haber llevado a un conflicto diplomático, pero “este no es el caso”, afirmó.
“Con acuerdos como éste y con respeto a nuestras soberanías, en vez de distanciarnos, estamos optando por marchar juntos hacia el porvenir. Es privilegiar el entendimiento, lo que nos une, y hacer a un lado las diferencia o resolverlas con diálogo y respeto mutuo”, indicó. “Ciertamente, en la historia de nuestras relaciones hemos tenido desencuentros y hay agravios que todavía no se olvidan, pero también hemos podido establecer acuerdos tácitos o explícitos de cooperación y de convivencia”.
El mandatario mexicano no se reunió en este viaje con grupos de inmigrantes, pero recordó a los llamados “braseros” de los años 40 que impulsaron la economía de EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial y destacó el trabajo que realizan millones de “personas honestas” actualmente.