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Friday, March 29, 2024

Inmigrantes se unen para entregar alimentos a familias necesitadas

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Los inmigrantes Francisco Ramírez y Sandra Pérez, ambos originarios de México, reparten alimentos donados por la comunidad a las familias necesitadas (Foto: AP).

STAMFORD.- Cada tarde, Sandra Pérez y Francisco Ramírez revisan su lista de compañeros que necesitan ayuda debido a la pandemia de coronavirus.

Algunos están enfermos, otros perdieron empleos, pero tienen hijos que alimentar. Otros son ancianos o discapacitados, todos son inmigrantes, como ellos.

Pérez y Ramírez, ambos originarios de México, compran arroz, frijoles, verduras, cereales, sopas y frutas en un supermercado del área, y hacen entregas en automóvil a hasta 15 familias por día.

“Siento que si estamos bien, física, emocionalmente, entonces podemos ayudar a otros”, declaró Ramírez, un jornalero de 52 años que solía hacer trabajos de construcción, pero ahora encuentra trabajo escaso debido a la crisis.

Pérez y Ramírez se encuentran entre un número creciente de personas que se han encargado de ayudar a una comunidad de inmigrantes que ha sido duramente afectada por la pandemia, pero que a menudo vive a la sombra del gobierno y los sistemas de ayuda sin fines de lucro debido a barreras como como idioma y su estado migratorio.

Estas redes de ayudantes pueden ser informales y operar en campañas de recaudación de fondos en persona y las redes sociales.

En Stamford, Erika Zamora ha estado distribuyendo alimentos del restaurante del que es propietaria, incluso después de que se vio obligada a cerrar.

“Muchas personas aquí viven cheque por cheque. Si pierde un cheque, está en problemas”, declaró Zamora, una inmigrante mexicana.

Planea comenzar a llamar a las personas para que hagan donaciones.

En Delaware, el gerente de la estación de radio en español “La ZMX”, Vladimir Rosales, ha estado recibiendo llamadas de guatemaltecos, mexicanos, salvadoreños, hondureños y otros inmigrantes pidiendo comida.

Él respondió solicitando donaciones de las tiendas en Wilmington y Seaford y pidiendo a las familias que recogieran las bolsas de comestibles de la estación.

“Es muy triste. La gente me llama llorando”, declaró.

Pérez y Ramírez compran arroz, frijoles, verduras, cereales, sopas y frutas en un supermercado del área, y hacen entregas en automóvil a hasta 15 familias por día. (Foto: AP).

El Instituto de Política de Migración descubrió que el 20 por ciento de los trabajadores estadounidenses en industrias vulnerables que enfrentan despidos son inmigrantes, a pesar de que solo representan el 17 por ciento de la fuerza laboral civil.

Según un estudio del Centro de Investigación Pew realizado en marzo pasado, el 49 por ciento de los hispanos encuestados revelaron que ellos o alguien en su hogar han recortado su salario o perdido un trabajo, o ambos, debido al brote de COVID-19, en comparación con el 29 por ciento de los blancos y 36 por ciento de los afroamericanos.

El número de muertos por el coronavirus también ha sido desproporcionadamente alto en las comunidades afroamericanas e hispanas en la ciudad de Nueva York.

Los afroamericanos han sufrido aproximadamente el doble de la tasa de mortalidad de los blancos durante la epidemia, según los datos de salud de la Ciudad.

La tasa de mortalidad para los hispanos ha sido solo un poco mejor, pero igual desproporcionadamente más alta que los blancos.

Pérez dijo que se sintió el deseo de comenzar a ofrecer ayuda voluntaria después de ver mensajes que miembros necesitados de la comunidad mexicana publicaban en Facebook.

Ramírez comenzó su propia página de Facebook donde las personas podían compartir información. Pérez compró comida con su propio dinero al principio, pero ella y Ramírez ahora pagan los comestibles con dinero donado.

La gente que donan los alimentos les cuenta a ellos sobre otros que pasan hambre. Los números de teléfono se transmiten y se desarrolla la cadena.

Pérez dice que recibe de 10 a 15 llamadas telefónicas o mensajes de texto por día de personas que buscan ayuda.

“Queremos centrarnos en los más vulnerables”, comentó Pérez, una madre soltera de 40 años que trabaja a tiempo parcial para la ciudad.

Pérez y Ramírez gastan un promedio diario de entre 100 y 150 dólares en el supermercado. Hay días en que los restaurantes peruanos y mexicanos donan comida y los amigos simplemente distribuyen esas cajas.

Recaudan el dinero a través de la página de Facebook y una creciente lista de amigos.

https://www.infolaw.com/

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