
NORWALK.- Una mañana, en el otoño pasado, el niño Joey Wilcox, de 4 años, se despertó con el lado izquierdo de la cara caída.
Era el primer signo de una pesadilla que se desarrollaba.
Tres días después, Joey estaba en una unidad de cuidados intensivos del hospital, incapaz de mover sus brazos o piernas o sentarse. Varios exámenes y otras pruebas no pudieron encontrar una causa. Los médicos temían que estuviera a punto de perder la capacidad de respirar.
“Es devastador. Un niño sano en un día cualquiera puede resfriarse y luego paralizarse”, declaró su padre, Jeremy Wilcox, de Herndon, Virginia.
Joey, quien sobrevivió pero aún sufre algunos de los efectos, fue una de las 228 víctimas confirmadas en los Estados Unidos, incluyendo Connecticut y Nueva York.
La Mielitis Flácida Aguda, o AFM, una enfermedad paralizante rara, misteriosa y, a veces, mortal que parece ir y venir de un ciclo u otro, está comenzando a alarmar a los funcionarios de salud pública de Connecticut y a nivel nacional porque está golpeando a más y más niños.
El octor Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo que la enfermedad podría tener similitudes con la polio, que apareció entre los humanos durante siglos antes de que explotara en temibles epidemias en los siglos XIX y XX.
Fauci, quien publicó un informe sobre la enfermedad, el martes pasado, en la revista médica mBio, dijo que es poco probable que la AFM se vuelva tan malo como la polio, que afectó a decenas de miles de niños de los Estados Unidos cada año antes de que la vacuna estuviera disponible en la década de 1950.
Mientras que otros países han reportado casos, incluyendo Canadá, Francia, Gran Bretaña y Noruega, el tamaño y el patrón de los brotes en los Estados Unidos han sido más pronunciados.
Más de 550 estadounidenses han sido golpeados en esta década, casi una decenas de ellos en Connecticut. El mayor tenía 32 años. Más del 90 por ciento eran niños, la mayoría alrededor de los 4, 5 ó 6 años.
La mayoría tenía una enfermedad y fiebre parecidas al resfriado, parecían superarlo y luego descendían a la parálisis. En algunos casos, comenzó de forma pequeña, por ejemplo, un pulgar que de repente no se movía. Algunos pasaron a perder la capacidad de comer o respirar.
Muchas familias dicen que sus hijos han recuperado al menos algún movimiento en las extremidades afectadas, pero las historias de recuperación completa son inusuales.
Los funcionarios de salud no pueden decir cuántos se recuperaron completamente, en parte o no, o cuántos han muerto, aunque los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indicaron que las muertes son poco frecuentes.
Los científicos sospechan que la enfermedad está siendo causada principalmente por un cierto virus que se identificó hace más de 55 años y puede haber mutado para volverse más peligroso. Pero todavía tienen que demostrarlo.
Aunque los médicos han implementado varios tratamientos individualmente o en combinación (esteroides, medicamentos antivirales, antibióticos, un proceso de limpieza de la sangre), los CDC afirmaron que no hay pruebas claras de que funcionen.
Muchos padres dicen que cuando llevaron a su hijo a la sala de emergencias por primera vez, rápidamente se dieron cuenta, horrorizados, de que los médicos también “estaban en el mar”, es decir, no conocían la enfermedad.
Cada vez más expertos se sienten seguros de que el principal culpable es un enterovirus llamado EV-D68, basado en la forma en que las ondas de AFM han coincidido con los picos de enfermedades respiratorias causadas por EV-D68.
Los enterovirus son una gran familia de virus, algunos de los cuales, como la polio, pueden dañar el sistema nervioso central, mientras que otros causan síntomas leves o ninguno.
En los Estados Unidos, los médicos comenzaron a informar enfermedades respiratorias relacionadas con el EV-D68 en 1987, aunque generalmente no más de una docena.