HARTFORD.- Los proveedores de cuidado de niños en todo el país están luchando para encontrar el dinero para permanecer abiertos, debido a los fondos federales de COVID-19 que terminarán a finales de septiembre.
“Los programas tendrían que reducir los salarios para el personal, incluso más bajos de lo que ya son, aumentar la matrícula para las familias, servir a menos niños o cerrar todos juntos”, manifestó la representante federal Rosa DeLauro.
La Congresista indicó que 70 mil programas de cuidado de niños en todo el país podrían cerrar si no se amplían los fondos.
El cierre de los centros significa que alrededor de 3 millones de niños perderían sus plazas, y 230 mil trabajadores de cuidado de niños perderían sus puestos de trabajo.
En Connecticut, 37 mil niños se quedarían sin atención al cerrar más de 900 programas. Se perderían unos 4 mil 700 puestos de trabajo.
La solución que presentó DeLauro es un nuevo proyecto de ley que propone utilizar 16 mil millones de dólares anuales durante los próximos cinco años para cerrar la brecha.