HARTFORD.- Por primera vez desde mediados de mayo, la tasa de positividad diaria de COVID-19 de Connecticut ha superado el 2 por ciento, pero el gobernador Ned Lamont indicó que no cree que se necesiten nuevas restricciones o mandatos para abordar las crecientes infecciones.
El Estado informó, el martes pasado, que 218 personas dieron positivo por COVID-19 de 8 mil 55 nuevas pruebas, para una tasa de positividad de 2.71 por ciento, que es la más alta desde el 11 de mayo.
La tasa de positividad de siete días subió a 1.54 por ciento, la más alta desde el 12 de mayo.
Las hospitalizaciones aumentaron nuevamente esta semana en cuatro para un total de 54 pacientes en todo el Estado, el nivel más alto desde una caída constante en junio.
A pesar del aumento en la tasa de positividad, Lamont indicó que “no creo que necesitemos nuevos mandatos en este momento. Siento que estamos en una situación diferente, pero lo observaré si veo una curva pronunciada, especialmente con las hospitalizaciones. Esa es la métrica que sigo”.
Aunque no tenía planes de aplicar restricciones, Lamont continuó recordando a los residentes que se vacunen.
Lamont dijo que no hay tiempo para “vacilaciones”.
El aumento en la tasa de positividad se produce en medio de crecientes preocupaciones en todo el país sobre la variante Delta, detectada por primera vez en la India y ahora es la cepa dominante en Connecticut.
Los investigadores creen que es hasta un 60 por ciento más transmisible que la variante Alfa, que se encontró por primera vez en el Reino Unido y anteriormente era la cepa dominante en el Estado.
Pero las nuevas infecciones también se producen cuando los esfuerzos de vacunación en el Estado se han ralentizado drásticamente.
Los datos de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) muestran que casi el 30 por ciento de los residentes elegibles todavía no están vacunados.
Las estadísticas estatales mostraron que la administración semanal de vacunas se ha reducido a alrededor de 30 mil dosis, que es el 10 por ciento del pico a mediados de abril.
Aun así, los principales funcionarios de salud confían en que Connecticut se mantiene en un buen lugar por ahora y se ha librado de algunos de los peores brotes de infecciones observados en otras partes del país.
El cirujano general de los Estados Unidos, el doctor Vivek Murthy, dijo que los residentes de Connecticut deben sentirse esperanzados sobre el progreso del Estado en la lucha contra el COVID-19, incluida su exitosa campaña de vacunación. Sin embargo, dijo que la versión más transmisible del virus hasta la fecha presenta un “desafío inusual” para ese progreso.
Si el estado comenzara a ver “aumentos significativos” en los nuevos casos de COVID, y si con el tiempo eso afectara a las poblaciones especialmente vulnerables como los niños que no son elegibles para vacunas, “esas serían circunstancias en las que consideraría si necesitamos o no tomar algunas medidas de mitigación adicionales”, señaló Murthy.
El doctor Ulysses Wu, director del sistema de enfermedades infecciosas en Hartford HealthCare, dijo que cree que Connecticut, a diferencia de otras partes del país, parece estar encajando bien con el nivel actual del virus.
“Creo que como Estado, estamos bien. Es necesario que haya algún tipo de retroceso nacional, pero eso nunca sucederá. Ahora estamos en un punto de sentido común. Lo que siempre le digo a la gente: al aire libre eres bueno a menos que estés en una gran multitud, independientemente de si te han vacunado o no, en el interior debes usar una máscara si no sabes si todos los que te rodean están vacunados”, precisó Wu.
Por su parte, el doctor Rick Martinello, director médico de prevención de infecciones en Yale New Haven Health, dijo que el reciente aumento en la tasa de positividad fue “decepcionante, pero no del todo inesperado”.
“Creo que por ahora Connecticut está en una posición bastante buena, pero creo que estaríamos mejor si vacunamos a más personas. Creo que las máscaras todavía juegan un papel muy importante”, dijo Martinello sobre el nivel actual de restricciones.
Las últimas cifras de la Yale School of Public Health y su asociación con el Departamento de Salud Pública del Estado y Jackson Laboratories muestran que la variante Delta se encontró en el 63 por ciento de las nuevas muestras de COVID-19 que se secuenciaron genéticamente la semana pasada.
