Se reportaron 94 hospitalizaciones esta semana y más de 3 mil casos más a causa del virus
NEW HAVEN.- El Estado reportó un aumento en las muertes y hospitalizaciones por COVID-19 el lunes pasado, continuando una trayectoria problemática que obligó al gobernador Ned Lamont a extender hasta febrero las órdenes ejecutivas destinadas a limitar la propagación del virus.
El número de pacientes hospitalizados por el coronavirus en Connecticut aumentó a 496 durante el fin de semana y los funcionarios de salud estatales registraron 3 mil 338 nuevos casos del virus en la última semana.
Lamont calificó las 94 nuevas hospitalizaciones en el Estado como “preocupantes”, junto con los datos que muestran que el número de pacientes hospitalizados por el virus se ha duplicado en las últimas semanas.
La noticia se produjo cuando Pfizer anunció esta semana que la vacuna contra el COVID-19 que desarrolló con una empresa alemana tiene una tasa de eficacia del 90 por ciento.
Lamont calificó la vacuna como una buena noticia y dijo que los resultados fueron “más efectivos de lo que probablemente habíamos anticipado”.
“Estamos buscando ahora la aprobación preliminar de la U.S. Food and Drug Administration (FDA)”, indicó el Gobernador.
Se espera que el proceso lleve varias semanas, en lugar de los meses que normalmente se necesitan para aprobar una nueva vacuna.
Junto con las hospitalizaciones, el número de muertos atribuidos a la enfermedad siguió aumentando durante el fin de semana, con 27 fallecimientos más, lo que eleva el total acumulado del estado a 4 mil 698.
La tasa de positividad diaria se situó en 3.72 por ciento.
El Gobernador firmó una orden ejecutiva, el lunes pasado, extendiendo el estado de emergencia hasta el 9 de febrero, lo que indica que la pandemia está lejos de terminar.
El Estado también publicó una nueva guía sobre la temporada de deportes de invierno para los atletas K-12, después de que el Gobernador anunció la semana pasada que los viajes interestatales para los torneos de deportes de invierno serían prohibidos.
Las nuevas reglas prohíben efectivamente la práctica de deportes que se consideran de alto riesgo de transmisión, incluida la lucha libre, el boxeo, entre otros.
