STAMFORD.- Connecticut todavía está finalizando el aspecto que tendrán las escuelas en el otoño a medida que se recupera de la crisis del COVID-19.
Con el fin de proteger a los estudiantes y al personal académico los distritos tendrán la opción de ser más flexibles con sus horarios.
La Junta de Educación del Estado votó por unanimidad, el martes pasado, para permitir que las escuelas públicas acorten el año académico hasta tres días, de 180 a 177, sin castigo para permitir capacitación adicional a medida que las escuelas se adaptan a la “nueva normalidad”.
La exención permitiría a los distritos tiempo adicional para capacitar al personal una vez que se finalicen los planes para reabrir las escuelas en el próximo mes.
Se espera una decisión de reapertura en Connecticut en agosto, de acuerdo con el gobernador Ned Lamont.
El Gobernador agregó que los tres días adicionales deben tomarse al comienzo del año escolar, y no se permitirán después de eso.
La Junta de Educación explicó que los días adicionales también darán tiempo a los educadores para planificar la configuración de las aulas y considerar los cambios en las instalaciones para garantizar la seguridad de los estudiantes y el personal.
También dará tiempo para capacitar a los maestros sobre las preocupaciones sociales y emocionales que pueden tener algunos estudiantes a medida que regresan al aprendizaje en persona.
El Estado tiene tres niveles a considerar para reabrir: una reapertura completa con todos los estudiantes en la escuela cinco días a la semana, un plan híbrido en el que algunos estudiantes asistan en persona y otros continúen con la educación a distancia o bien, una educación a distancia completa.
El comisionado del Departamento de Educación de Connecticut, Miguel Cardona, comentó anteriormente que equilibrar la reapertura de las escuelas será un esfuerzo medido y que el Estado podría tener que reevaluar sus protocolos para ajustarlos según sea necesario”.
“Después de consultar ampliamente con los funcionarios de salud pública y nuestras comunidades escolares, la evidencia es clara de que tener a los estudiantes físicamente presentes en la escuela mejora en gran medida los resultados y nuestra capacidad para satisfacer sus necesidades académicas y no académicas”, precisó Cardona.
“Cuando el COVID-19 golpeó por primera vez, todos fuimos llamados a enfrentar el desafío y, después de presenciar los esfuerzos potentes de los maestros, el personal escolar y las familias en los últimos dos meses, estoy seguro de que nos uniremos más fuertes que nunca para liderar la evolución de la educación en Connecticut”, finalizó el comisionado de Educación.
