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Thursday, April 18, 2024

“Me han convertido en un villano, pero la víctima soy yo”, declara hispano que defendió a su familia de ataque

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Balmer González defendió a su familia disparando su arma, tras recibir un ataque desde un vehículo cuando estaba cerrando su restaurante colombiano. La policía lo acusa como si él hubiera sido “el agresor”. El hispano manifestó que lo han convertido en un villano cuando “en realidad la víctima es soy yo”. (Foto: EL SOL News).

Balmer González disparó su arma después de recibir un ataque desde un vehículo, con el propósito de proteger su familia cuando estaba cerrando su negocio, el 14 de abril pasado, sin embargo, la policía lo acusa como si él hubiera sido “el agresor”

NEW HAVEN.- Balmer González estaba cerrando la tienda en su restaurante colombiano, cuando un grupo de extraños bajó la ventanilla de su auto y empezó a dispararle a él y a su familia.
Así que González sacó una pistola de su bolsillo trasero y devolvió el fuego.
Pese a que sólo se estaba defendiendo del ataque terminó arrestado.
De acuerdo con la policía, los extraños estaban disparando balas de paintball (balas de pintura), sin embargo, González no lo sabía. Pensó que él, su esposa y su nuera estaban siendo atacados con disparos reales. El hecho tuvo lugar el 14 de abril pasado.
González, de 49 años, dueño del restaurante “La Esquina Del Mofongo”, en 236 Kimberly Avenue y de la adyacente tienda de cambio de cheques “Speedy González”, se ha sentido perseguido y desconcertado en los cuatro meses transcurridos desde entonces.
Aunque no golpeó el automóvil ni a los conductores, la policía de New Haven lo arrestó posteriormente por el cargo de imprudencia temeraria y uso indebido de su arma de fuego.
El hispano ha estado cuatro veces en la Corte y su caso parece que va para largo, ya que aún no se resuelve nada.
En entrevista a EL SOL News declaró sentirse abrumado por los honorarios legales, las facturas del hospital y el trauma de haber visto a su esposa e hijastra tendidas en la acera cubiertas, de lo que él pensó que era sangre, después de lo que creía en ese momento como un intento de robo de su otro negocio, una tienda de cambio de cheques.
Dijo que siente que la policía y los tribunales lo han convertido en un villano, solo porque trató de proteger a su familia y su negocio de un ataque.
“Siento que el sistema de justicia me trata como un criminal. En este caso, soy la víctima. Respondí al ataque”, declaró González a este semanario.
Los oficiales que respondieron al lugar lo arrestaron y lo acusaron de dos cargos menores por disparar su arma.

La nuera de Balmer González después del ataque con las paintballs.

Los hechos

Ese domingo, 14 de abril, González estaba bajando la pendiente metálica deslizante para cubrir las ventanas y la puerta de entrada de su restaurante, cuando el semáforo en la esquina de la Kimberly Avenue y Ella T. Grasso Boulevard cambió de rojo a verde.
En ese momento alguien bajó la ventanilla de un automóvil estacionado en el semáforo y apuntó con un arma a la ventana.
“Cuando la luz cambió comenzaron a disparar. Vi a todos corriendo. Mi esposa se cayó. Mi nuera estaba sangrando y entonces saqué mi arma del bolsillo. Yo les respondí”, relató González.
Su primera intención no era disparar a las personas en el automóvil, por temor a que pudiera matarlos. En cambio, apuntó a los neumáticos. Él falló y el auto se escapó. No se dio cuenta de que el tirador estaba disparando bolas de pintura, y no balas reales.
Su hijo David llamó a la policía, que llegó en cuestión de minutos. Les dijo que él y su familia se estaban escondiendo en la parte trasera de la tienda porque tenían miedo de que el tirador regresara para robar la tienda de cambio de cheques.
González indicó que cuando llegó la policía, lo trataron con consideración y respeto. No lo culparon por responder al ataque con sus propios disparos.
Ellos fueron quienes le informaron que el tirador había usado una pistola de paintball. Llamaron a una ambulancia, que llevó a su esposa y su nuera al hospital, e investigaron la escena.
Más tarde le dijeron que querían llevarlo a la jefatura de policía para escuchar su historia sobre lo que sucedió esa noche. González estuvo de acuerdo, pensando que solo querían escuchar su testimonio.

El restaurante “La Esquina Del Mofongo”, se encuentra en 236 Kimberly Avenue, New Haven.

González relató a EL SOL News que los oficiales lo esposaron y lo llevaron al cuartel general de la policía y lo pusieron en prisión preventiva durante varias horas antes de liberarlo.
En la estación, los oficiales le dijeron que estaba detenido. González dijo que no entendía por qué lo arrestaban. El hispano decidió esperar a su abogado y pasó dos horas tras las rejas.
Al principio le dijeron que tenía que pagar una fianza de mil dólares pero luego rescindieron ese requisito varias horas después.
“En este momento, no sé qué es mejor”, declaró González sobre si se siente más seguro con o sin su arma de fuego, una Springfield XD40, que era legal y registrada. La policía la ha mantenido incautada desde su arresto el 14 de abril y se le suspendió su licencia para portar armas.
Él y su familia, que actualmente viven en Norwalk, habían estado considerando mudarse a New Haven para estar más cerca de sus negocios, que incluyen una tienda de cheques en efectivo. Ahora han decidido que no se mudarán a New Haven en el corto plazo.
Nacido en Colombia, González ha vivido y trabajado en los Estados Unidos durante las últimas dos décadas. Ha dirigido la tienda de cambio de cheques durante más de 15 años y el restaurante colombiano durante los últimos seis. Se ve a sí mismo como un inmigrante trabajador que ha sido capaz de realizar una parte importante del sueño americano: administrar su propio negocio, ser su propio jefe.
Durante los últimos cuatro meses, ha estado dentro y fuera de la Corte. Reveló que él y su familia han sufrido pesadillas por el tiroteo y les preocupa que alguien regrese a la tienda para robarles. La reputación de sus negocios se ha visto afectada, porque la gente sabe que fue arrestado.
“Gracias a Dios no disparé directo a ellos”, comentó González, quien apuntó que nunca quiso matar a nadie, y solo estaba actuando en defensa propia.
Pero ahora, él y su familia sienten que han sido maltratados y maltratados. Los atacantes nunca fueron arrestados.

 

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